Crítica a 'Whiplash': un film casi perfecto.

El director Damien Chazelle, tras el fracaso de no poder producir la película debido a que a nadie interesaba el tema a tratar acerca de un baterista de jazz, se ve obligado a hacer un cortometraje, el cual le ayuda a recaudar el dinero para poder llevarla a cabo, para nuestra suerte.

Como curiosidad Chazelle, al momento de elegir a Miles Teller como protagonista, no sabía que este en realidad obtuvo como regalo a sus 15 años, una batería y empezó a tocar en bandas.

La película empieza con el sonido de una batería y una cámara acercándose a quién será uno de los 2 protagonistas, Andrew (Miles Teller), quien hará de joven baterista. Mientras éste se encuentra tocando, entrará en escena Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor de conservatorio, quién lo observa tocando y se dará cuenta de su talento, pero no le bastará solo con eso, así que abandona el lugar mientras el joven le muestra sus habilidades. 

Y este señoras y señores será un cara a cara increíble, me recuerda a "The Sting" que al igual que aquí me dejó pegado al aciento durante todo su metraje, y es que no podría ser de otra manera, con 2 actuaciones soberbias. Marca una relación profesor-alumno a base de sacrificio y constancia hasta superar el límite de Andrew y por consiguiente las expectativas de Fletcher. 

A partir de este hilo se desata la historia que no solo trata el tema del jazz, el cuál lo lleva a cabo perfectamente, denotando su amor por este estilo de música, haciendo referencia a grandes artistas, sino que también va más allá, tocando diversos temas más humanos como son la superación personal, cuáles son los límites para llevarlo adelante, las cosas que se deben de resignar para cumplir tu sueño, ambición, competencia, perseverancia, violencia tanto física como psicológica, confianza en uno mismo, la influencia de alguien para guiarte en el camino, entre otros aspectos que se me fueron perdiendo mientras percibía esta delicia visual y sonora.

Su banda sonora y montaje demuestra un gran labor, muy riguroso y que hace que la historia pueda fluir de la manera que lo hace, cumpliendo con el objetivo de que ésta no decaiga, ni hayan momentos que se tornen agobiantes, volviendola un largometraje de un ritmo trepidante, que logrará mantener tu atención por más rechazo que le tengas al jazz.

Chazelle afirma:"Quise hacer una película sobre música que se pareciera a una película bélica o a una película de mafiosos, donde los instrumentos representaran las armas y las palabras fueran tan violentas como las pistola" y vaya que quedó bien representado en la obra.

Solo aclarar algo más en el spoiler para quienes la hayan visto:

Las últimas escenas me parecen sobresalientes como el joven se deja la vida en esa audición, viendo como cae el sudor de todo su cuerpo y de repente deja de escuchar lo exterior y conducido por la pasión de convertirse en uno de los grandes bateristas se deja llevar por el sonido, marcando el ritmo a sus compañeros, para terminar dando el solo de su vida, como de sus grandes ídolos y finalizar con la sonrisa de su profesor, una sonrisa de satisfacción, al haber encontrado a su Charlie Parker. Un final que sin dudas deja a uno con un buen sabor de boca, porque esto es cine, y el cine lo merece.

Nota final: 9/10